Cartas a Eufemia. Pedro Infante y Beatriz Adriana.avi |
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La canción ranchera es un género musical popular de la música mexicana, ampliamente ligada con los mariachis. Sus orígenes datan del siglo XIX, pero fue desarrollándose en el teatro nacionalista del período post-revolucionario de 1910 y se convirtió en el ícono de la expresión popular del país. Además, fue difundiéndose con gran éxito por todos los países hispanoamericanos especialmente gracias al cine mexicano de las décadas de 1940, 1950, 1960 y 1970, causando profundo arraigo entre los sectores populares y medios. Los cantantes profesionales de este género desarrollaron un estilo extremadamente emocional, una de cuyas características consiste en sostener largamente una nota al final de una estrofa o línea, culminando en lo que se designa como una "terminación fundida".
La simpatía y humanidad de las rancheras las convirtieron pronto muy populares en España y Latinoamérica, siendo ésta una de las más conocidas en los años 50, por la magnífica interpretación que de ella realizaron al alimón, Pedro Infante y Beatriz Adriana. Las imágenes pertenecen a la película de 1952, interpretada por el propio Pedro Infante y Sarita Montiel y en la que el malogrado artista de Mazatlán cantaba parcialmente este tema. Desgraciadamente para México y para el mundo hispano, un accidente de aviación acabó con su vida, cuando sólo tenía 39 años. Sirva este video de homenaje a la querida memoria de José Pedro Infante Cruz, una voz y una presencia inolvidables. CARTAS A EUFEMIA. Ranchera Letra y Música: Rubén Fuentes y Rubén Méndez Oigan ustedes la carta que le mando a la Eufemia de mi vida, a ver si ésta sí me la contesta. Cuando recibas esta carta sin razón, 'Ufemia, ya sabrás que entre nosotros todo terminó. Si no la des en recebida por traición, Eufemia, te devuelvo tu palabra, te la vuelvo sin usarla, y que conste en esta carta que acabamos de un jalón, sí señor. No me escrebites y mis cartas anteriores no sé sí las recebites. Tú me olvidates y mataron mis amores el silencio que les dites. A ver si a ésta sí le das contestación, 'Ufemia, del amor pa' que te escribo y aquí queda como amigo tu afectísimo y atento y muy seguro servidor, sí, señorita. ¡Que haya paz! Pos si no me quieres, ¿para qué me escribes? ¡Ahora, pues! Tengo en mis manos la última carta que me escrebiste, Luterio y hablando de ella y su contenido debo expresarte lo que a renglón te digo. Si ves motivo de rompimiento en el silencio que piensas que te di, debo decirte, Luterio de mi vida, que de tus anteriores ninguna recebí. Mira Luterio, ¿te acuerdas de aquel Roque con quien tú te emborrachates? Ahora es cartero y dice que me quiere desde que nos presentates. Ya ves cómo andan en el correo. mejor tus cartas debías certificar. Y aquí termino, devuélveme mis cosas, perdóname la letra y el papel. Eufemia. . |