Ninguna de las ciudades-estado de la antigua Grecia levantó tanta admiración y temor como Esparta, ejemplo para sus contemporáneos de vida austera, espíritu colectivo y organización política. Desde unos orígenes oscuros logró convertirse en una gran potencia militar y reunir el apoyo de numerosas ciudades hasta erigirse en uno de los protagonistas del mundo griego. Sólo Atenas, por motivos distintos, fue capaz de atraer hacia sí la adhesión de otras polis para hacer frente a la poderosa máquina militar espartana. Pero ¿de dónde procedía esta capacidad ofensiva? ¿cuál era la clave de la cohesión interna de Esparta? ¿era su modelo exportable al resto de la Hélade?