La ciudad de Sevnica era un lugar olvidado en el centro de Eslovenia hasta que, por desgracia, se hizo conocida por las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial. Durante sus años como país comunista, fue un centro de fabricación de muebles. Y en cuanto a destinos turísticos, contaba con un impresionante castillo. Pero en el 2016, cuando Donald Trump se convirtió en presidente de los Estados Unidos, la ciudad se convirtió en una atracción como el lugar de nacimiento de la primera dama Melania Trump.

Nacida como Melanija Knavs, la Primera Dama dejó Sevnica cuando era una adolescente para vivir en la capital, Ljubljana, donde se convirtió en modelo. Luego comenzó a trabajar en Milán, París y Nueva York, donde conoció a Donald Trump en 1998. La modelo salió con Trump durante un año, rompió con él y más tarde reanudaron su relación. Y en el 2004, Trump le propuso matrimonio con un enorme anillo de diamantes.

Mucho ha cambiado desde entonces y ha pasado bastante tiempo desde que la ex Melania Knavs visitó su ciudad natal. Algunos eslovenos dicen que sienten que la primera dama pudo haber olvidado su país natal. Aún así, Sevnica no se ha olvidado de su hija más famosa.

Después de que Trump se mudó a la Casa Blanca, Sevnica vio una explosión de mercaderías y alimentos de la marca Melania. Varios panaderos comenzaron a ofrecer productos basados en Melania.

Luego está la Tarta de Manzana de la Primera Dama, decorado con la letra "M" y con una bandera estadounidense.

Cuatro emprendedores vinicultores locales incluso se reunieron para lanzar un vino en su honor. El vino se llama "Primera Dama" y se vende en el Castillo de Sevnica. Según Decanter, una botella de vino de la Primera Dama cuesta el doble que los otros vinos de la tienda hechos con la misma variedad de uva.

Además de vino, los locales venden tarros de miel con temática de Melania, panqueques con polvo de oro, jabón, crema de manos, y un sinfín de otros artículos. La oficina de turismo incluso organizó un tour "Melania", con visitas a los lugares que ella visitó cuando vivía allí.

Pero, a pesar de que la Primera Dama sin darse cuenta creó toda una industria para Sevnica, Melania y Trump decidieron que también tienen que tomar medidas contra aquellos que usan su nombre de alguna manera que no les agrade. La Primera Dama contrató abogados en Ljubljana para que los productos locales ya no puedan usar su nombre ni su imagen.

La abogada dijo que en ese entonces sólo estaba preocupada por cosas específicas.

Pirc Musar también declaró que no estaba tan preocupada por los pasteles.

Las medidas legales de la Primera Dama pueden parecer duras para algunos, pero no parecen disminuir el amor por ella en Sevnica.

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