Empujar a una madrastra por las escaleras, bailar tap por la casa y negarse a llevar vestidos no suena muy propio de la realeza, pero por algo llamaban a Diana la "Princesa del Pueblo".

Nacida en una familia aristocrática inglesa con raíces que se remontan al siglo 15, Diana no fue ajena al estatus y al lujo. De pequeña, vivió en Park House, ubicada en los terrenos de la finca de la reina en Sandringham, antes de mudarse con su familia a la finca Althorp House en su adolescencia. Ambas casas son enormes mansiones con muchas hectáreas de terrenos inmaculadamente cuidados.

Así que, aunque Diana no era oficialmente un miembro de la aristocracia británica, su infancia fue ciertamente "adyacente a la realeza"; su padre, John Spencer, trabajaba para la Reina Isabel como "ecuestre", una especie de asistente personal. Y, como se explica en la serie de Netflix, The Crown, la futura princesa recibió un cierto apodo real cuando era niña:

Mary Clarke, la niñera de la infancia de Diana, escribió un libro sobre Diana titulado Little Girl Lost: The Troubled Childhood Of Princess Diana By The Woman Who Raised Her. Pero a pesar del título, Clarke aclara que en su mayor parte, Diana fue una niña feliz, escribiendo:

"Diana tuvo una infancia feliz y segura. Desde el momento en que la conocí y trabajé con la familia, vi que era servicial, risueña, exuberante, querida por sus dos padres y la niña de los ojos de su padre".

En otra entrevista con Express, Clarke describió a Diana como, "una auténtica rosa inglesa con mejillas sonrosadas y esa mirada hacia abajo que todo el mundo conoció".

En cuanto a los intereses de Diana en su infancia, su actividad favorita era pasar tiempo al aire libre. Como dijo su niñera, Mary Clarke, en el documental Diana At Sixty,

"Ella era más feliz en pantalones y un viejo top. No le interesaba lo más mínimo la ropa. Odiaba absolutamente vestirse".

Clarke también recordaba cómo hacer que Diana se pusiera un vestido o una falda no era tarea fácil, y cómo Diana decía:

"No veo qué importancia tiene lo que llevo puesto, nadie va a mirarme".

En otra entrevista, Clarke reveló que a Diana también le gustaban los animales, sobre todo sus cobayas y su perro. También le gustaban los deportes, y a menudo corría y jugaba al aire libre.

Además de su amor por el aire libre, la Princesa Diana también era una apasionada de la danza cuando era joven. Cuando le preguntaban qué quería ser de mayor, solía responder que quería ser bailarina. Su ex profesora de ballet, Anne Allan, dijo:

Allan continuó explicando que la pasión de Diana por la danza era quizás una forma de lidiar con los traumas emocionales. En el documental Diana, otra ex profesora de danza dijo que la clase de ballet era el lugar donde podía brillar. Tristemente, Diana no pudo seguir una carrera de ballet por su altura: con 1,70 metros, era demasiado alta para ser profesional.

Sus raíces en la clase alta | 0:00
Una infancia feliz y llena de amor | 1:03
Diana, una niña poco femenina | 1:40
Sueños de ballet | 2:18
Divorcio traumático | 3:00
Hora de bailar Tap | 3:47
La "malvada" madrastra de Diana | 4:27
Enamoramiento de colegiala | 5:20
Fracaso escolar | 5:59
Bonjour, Suiza | 6:50
Los años de Diana en Londres | 7:43
El año en que Diana fue niñera | 8:34
Carlos salió con la hermana de Diana | 9:12
19 años y casada | 10:02

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